El concepto de partido ha evolucionado desde la Antigüedad hasta nuestros días. Ahora la interrogante es cómo será la organización partidista en el futuro próximo.
A lo largo de la historia siempre han existido partidos como un segmento de la población que aspira dirigir al conjunto. En el tiempo presentan sus diferencias: No es lo mismo el “partido de Sila” en la Roma tardo republicana del siglo I a C., a los partidos modernos que se crearon tras la Revolución Industrial y el surgimiento del proletariado como clase social en la Europa del siglo XIX, conformados por militantes con convicciones ideológicas.
La tecnología ha permeado transversalmente la mayor parte de la actividad humana y la partidaria no está exenta de su influencia. Hoy se habla de la inteligencia artificial (IA) o la inteligencia llevada a cabo por máquinas, del Internet de las cosas (IdC), que es la conexión de internet más con objetos que con personas, controlando y ordenando el acceso a datos, servicios específicos en la educación, seguridad, salud, el transporte, entre otros campos de la cotidianidad. Así, el debate político se reducirá de manera considerable. Quedarán pocos resquicios para la discusión ideológica.
De lo anterior se deduce una causa, aunque no la única, del porqué los partidos políticos se vienen transformando en clubes electorales que se activan en tiempos de votaciones y actúan sobre la base del mercadeo. Se cree que así serán los partidos políticos del mañana.
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