La independencia de las repúblicas hispanoamericanas fue un proceso que se desarrolló en distintas velocidades y las relaciones entre los nuevos países tuvieron sus incidencias.
La invasión napoleónica de la península ibérica en 1808 llevó al rey Carlos IV de España abdicar del trono en favor de su hijo Fernando VII y luego cederlo al francés José I, reconocido con el mote de Pepe Botella; este hecho dio como respuesta la conformación de juntas regionales en la América Meridional que no reconocían el mando del invasor francés.