La República Dominicana es un país de gobierno centralizado donde el Poder Municipal tiene un área de competencia reducida conservando el Poder Ejecutivo atribuciones propias de los municipios, como se da en muchísimos países del planeta.
Hacer la democracia participativa una realidad pasa por fortalecer institucionalmente a los municipios y sus organismos: ayuntamientos, concejos municipales, juntas de vecinos y otros existentes o por crearse, necesarios para el verdadero ejercicio ciudadano de toma de decisiones, evaluación y control de la función pública a nivel local.
Hablar de descentralización en la República Dominicana, más allá de una consigna electoral, exige un planteamiento sesudo que contemple mecanismos que garanticen que las fuerzas centrifugas de la sociedad no determinen el fracaso de la experiencia y por largos años retarde un proceso que es bueno y sano para el país.
La descentralización y la democracia participativa municipal no solamente exigen instituciones locales bien pensadas, empoderadas y con mecanismos que balanceen equilibradamente el sistema, sino instituciones nacionales que sean de verdadero apoyo y control y no fuente de obstáculos que impidan la lógica dinámica descentralizadora y participativa.
El debate debe plantearse y ser incluyente. De lo contrario no se llegará lejos.
Isidro Toro Pampols.·.
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