Artículos de Isidro Toro Pampols .·.

viernes, 1 de octubre de 2021

Cooperativismo alemán: «Lo que uno no puede conseguir individualmente, lo consiguen muchos”

 


Cuando un alemán promedio se sienta a desayunar consume, mayoritariamente, productos provenientes de las cooperativas: los huevos, la charcutería, el pan, entre otros.

El cooperativismo es marca país de Alemania. Así como el merengue o las playas distinguen a República Dominicana, cuando uno piensa en Alemania le asalta la idea de cervezas, salchichas, su arquitectura y el sólido sistema cooperativismo con su robusta economía colaborativa.

Alemania es una de las grandes potencias económicas del mundo y es considerada una de las locomotoras de Europa.

Las empresas cooperativas germanas representan una de las organizaciones económicas más antiguas y estables del país. Hoy más de un millón de empleos directos son generados por estas asociaciones. El sistema inmobiliario cooperativista registra alrededor de 2.6 millones de personas que compran o rentan vivienda a través del sector. El cincuenta por ciento de los 40 millones de alemanes mayores de 18 años son socios de alguna entidad y la vida cotidiana corre sobre los rieles del cooperativismo.

El gobierno comprende y apoya la importancia del sector. Apuntala su relevancia, divulga con fuerza su premisa simple pero eficaz: «Lo que uno no puede conseguir individualmente, lo consiguen muchos”. Los alemanes valoran que la idea cooperativa haya sido catalogada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2016.

La economía de Alemania se encuentra en "fuerte crecimiento ...

La primera ley de las empresas cooperativas en Alemania data del año 1889, o sea, hace 131 años. El cooperativismo no es el sector pobre de la economía. Estas son las que impulsan a las pequeñas y medianas empresas.

En la economía social los sistemas de control y los esquemas de gobernanza perfeccionados a lo largo de los años, han sido clave para la consolidación del sector en el país. La gestión organizacional contempla aspectos como las auditorias especiales de la gestión y de los estados financieros; esto es parte de la cotidianidad de las cooperativas alemanas lo que garantiza el crecimiento y su estabilidad.

Joseph Stiglitz, Nobel de Economía 2011, postula que los países con mayores posibilidades de lograr el anhelado bienestar social son aquellos que persiguen cierta proporción entre los alcances y fuerzas del estado, las empresas privadas y las cooperativas. Las cooperativas alemanas, pese a la desaceleración económica que sufrió aquel país por la reciente crisis global de la economía,  al crecer a menos del uno por ciento (rompiendo una racha de crecimiento constante a dos cifras), han contribuido en este equilibrio.

En los últimos 90 años ninguna cooperativa de ahorro y crédito alemana se fue a la quiebra; ni siquiera durante el último colapso financiero en 2009, lo que les otorgó aún mayor credibilidad y confianza.

La actual crisis económica producida por la pandemia mundial ha sido enfrentada con éxito por el sector cooperativo alemán. Esta coyuntura servirá para profundizar en el camino hacia la digitalización y un mayor impulso a iniciativas productivas innovadoras, enfocando sus esfuerzos, particularmente las de ahorro y crédito, en brindar capacitaciones, técnicas para afrontar los socios el inestable contexto propiciado por la pandemia y el compromiso cooperativista con la responsabilidad social.

El cooperativismo alemán es un claro ejemplo de lo que el sector significa para una economía sustentable con claro sentido de armonía social.

Foto fuente externa

Isidro Toro Pampols.·.

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